Pasamos gran parte de nuestros días debajo de luces artificiales en nuestras oficinas o bien el salón de clases, y realmente, pocas son las ocasiones en las que nos damos un tiempo para liberarnos de las cuatro paredes que constantemente nos están rodeando, y por supuesto protegiéndonos.
Existe un término recientemente acuñado, o un neologismo, llamado “Solastalgia”, una de las enfermedades que, de acuerdo con el filósofo australiano Glenn Albrecht quien bautizó el término, constituye una de las enfermedades “psicoterráticas y somaterráticas”.
La Solastalgia no es una condición médica reconocida, sin embargo la preocupación por sus efectos sobre el bienesatar ha estado en la mente de muchos desde principios de este milenio.
La solastalgia describe una forma de angustia, estrés mental o existencial causado específicamente por el cambio ambiental. En el año 2015, la revista médica The Lancet incluyó solastalgia como un concepto de contribución al impacto del cambio climático en la salud o bienestar del ser humano.
Las personas cuyos medios de vida no están estrechamente vinculados a su entorno tienen menos probabilidades de sentir solastalgia y a su vez, las personas que están estrechamente vinculadas a su entorno son más susceptibles. En este sentido, personas que dependen fuertemente de la agricultura, por ejemplo, son considerados particularmente vulnerables.
Si bien no existen estudios médicos que confirmen su existencia, ni es considerado como un trastorno médico, por lo que no existen síntomas que hayan sido sistematizados, sin embargo se relacionan con:
Ansiedad
Estrés
Fatiga emocional
Adicional a lo anterior, se ha asociado con cuatro grandes patologías:
Obesidad
Enfermedades respiratorias
Trastorno por déficit de atención
Hipovitaminosis D
En su libro “El último niño del bosque” Richard Louv, periodista y autor estadounidense, nombro por primera vez el Trastorno por Déficit de Naturaleza en el año 2005. Louv sostiene que entre más tiempo pasemos en el interior, más alienados de la naturaleza nos sentimos y tal vez más vulnerables a estados de ánimo negativos o a que se nos reduzca la capacidad de concentración.
El impacto del libro despertó gran interés, llevando a la creación de la fundación de la Red de niños y naturaleza, una organización sin fines de lucro cuya misión es impulsar el movimiento popular en todo el mundo a reconectar a los niños con la naturaleza.
Pasar más tiempo en espacios naturales, ya sea yendo al parque o inclusive, si te gusta un poco la aventura, salir a acampar, no solamente nos ayudará a conectar con la naturaleza, sino que nos ayudará a relajarnos, reducir nuestros niveles de estrés y reforzar vínculos con nosotros mismos, y con nuestros seres queridos.
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